André Øvredal nos trae, ‘La Autopsia de Jane Doe’, una cinta de terror de calidad. Sin necesidad de grandes efectos ni un guión enrevesado, este film de terror es puro disfrute para los amantes del género. Tiene todos los elementos necesarios para dejarte pegado a la butaca.
Título original | The Autopsy of Jane Doe |
Año | 2016 |
Duración | 99 min. |
País | Reino Unido |
Director | André Øvredal |
Guión | Ian B. Goldberg, Richard Naing |
Reparto | Emile Hirsch, Brian Cox, Ophelia Lovibond, Michael McElhatton, Olwen Kelly, Jane Perry, Parker Sawyers |
Productora | 42 / Goldcrest Films International / Impostor Pictures |
Género | Terror |
Pude ver la anterior cinta de André Øvredal, Trollhunter, en la «Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián«. Un largometraje muy interesante, con toques de humor y momentos de tensión muy bien manejados, que trajo a ‘La Semana’ el grito de ‘Troooooll‘.
Lo complicado con una película de terror fantástico, concretamente de ‘trolls’, es que se tome en serio a sí misma. Pero André consigue tomársela en serio, lo suficientemente como para que los toques de humor no sean ridículos y para que el propio público se involucre y entre en la trama. Por lo tanto, mis expectativas sobre La autopsia de Jane Doe eran buenas, esperaba una buena película y es exactamente lo que obtuve.
‘John Doe’ y ‘Jane Doe’ son los equivalentes a ‘Fulanito’ y ‘Menganita’, es decir, nombres que se usan para designar a alguien que no sabemos como se llama. Este es un dato que nos perdemos en la traducción del título y que es muy relevante en la película, ya que todo gira entorno al misterio de un cadáver del que no se tiene ninguna información.
Se trata del cuerpo de una misteriosa joven a la que Austin Tilden (Emile Hirsch) y su padre, Tommy (Brian Cox) deben realizar una autopsia. Un trabajo aparentemente simple que se va complicando para tejer una trama bastante interesante.
Con un par de pinceladas vemos la relación entre los personajes, lo que nos ayuda a sentirnos identificados y da una base sobre la que construir la historia. Además, da espacio para que se desarrolle el argumento sin entrar demasiado en galimatías emocionales. Los actores consiguen transmitir esa sensación de familiaridad con unas interpretaciones muy correctas, destacando a Brian Cox, en quién se nota que el paso de los años no solo ha curtido su piel sino también sus dotes interpretativas.
La cinta tiene una buena fotografía, utilizando los tonos anaranjados para los momentos de incertidumbre y los azules oscuros para los momentos álgidos de mucha acción. Para las escenas más calmadas se usan tonos más claros y luminosos, aportando un cambio muy notorio de registro.
Lo que más me gusta de la película es la forma de manejar la tensión. El misterio se va desentrañando gradualmente hasta que, en un momento, el ritmo es trepidante y te absorbe por completo.
Con los efectos especiales justos y necesarios, un par o tres de localizaciones y muy pocos actores, esta película se ajusta perfectamente al dicho de “menos es más” y deja claro que no es necesaria parafernalia cinematográfica para hacer una buena película de terror.
Esta me pelicula me emcanro de verdad, es la primer pelicula de miedo que de verdad me dio miedo, ni que conjuro ni que nada, en serio!, comence a verla sin esperar mada, y realmente me sorprendio